Un jarro de agua fría no provoca tanta indignación y rechazo como ha generado la noticia sobre la decisión de incluir un nuevo centro comercial de 5.000 metros cuadrados conectado con el centro de congresos de La Sangueta. La proximidad de las grandes superficies Gran Vía y Plaza Mar, sumada a la posible instalación de Ikea en Rabasa y a la «saturación» de la oferta comercial que experimenta todo el área metropolitana de Alicante son los principales argumentos de los comerciantes para oponerse «rotundamente» al acuerdo alcanzado por la comisión de seguimiento del PRI Sangueta, formada por PP, PSOE y técnicos del Ayuntamiento, que ayer hizo público este diario. «Los políticos no se dan cuenta de que el pastel del comercio en Alicante no da para más. Una nueva superficie es una ruina para los comerciantes y para los propios promotores», resumió Francisco Navarro, presidente de los comerciantes de la Rambla y adyacentes.
La unidad de ejecución que contempla el desarrollo de La Sangueta, vertebrada por el centro de congresos, proyectaba la construcción de un pequeño área de servicios de 1.185 metros cuadrados que sirviera de apoyo a esta infraestructura. Sin embargo, la última reunión de la comisión de seguimiento acordó incrementar en 4.000 metros la superficie comercial que se construirá bajo una de las torres del centro de congresos. «Nosotros no alegamos nada en contra de esa galería porque veíamos lógico que hubiera una pequeña zona comercial junto al centro. Hoy (por ayer) hemos desayunado con una noticia en la que se multiplicaba por cuatro esa superficie sin que nadie nos haya informado o consultado», apuntó Noelia Segura, presidenta de la asociación de Pla-Carolinas. La portavoz entiende que «es insufrible para la zona acoger una tercera gran superficie comercial cuando están cerrando tiendas a diario por falta de demanda». Esta zona, anexa a La Sangueta, tiene unos 600 establecimientos comerciales de los que 150 pertenecen a la asociación.
«Moneda de cambio»
Pedro de Gea, presidente de Comerciantes por Alicante, comparte esta postura. «Parece ser una galería pequeña, de entre 30 a 50 establecimientos. Pero esta nueva oferta no responde a ninguna demanda y Alicante ya dobla todas las medias de superficies comerciales por habitante. Estamos hartos de que la moneda de cambio para desarrollar cualquier infraestructura sea dar metros para hacer grandes superficies», apuntó. Además, De Gea basa su rechazo en la idea de que «hacer tiendas subterráneas rompe con las características del comercio tradicional de una ciudad con 2.000 horas de sol y 17 grados de temperatura media al año».
Desde Comerciantes Corazón Alicante se mantiene el «rechazo rotundo» a la iniciativa. «Sería una ruina para los comerciantes que se establezcan allí y para los de los alrededores». explicó su presidente José María Albert.
Por su parte, EU consideró que las modificaciones acordadas «obligan a un nuevo periodo de información pública». Todas las asociaciones consultadas alegarán si se diera esta circunstancia.
Diario Información 15/11/2009
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