Los españoles gastaron 101.250 millones de euros en alimentación en 2013, lo que supone un aumento de un 0,6% en relación con el año anterior y pone fin a dos años de caídas, según datos del Ministerio de Agricultura. La alimentación en el hogar se elevó a 69.225 millones de euros, lo que supone un alza de un 2,4% sobre todo por la subida del precio de los alimentos, concretamente en un 1,6%. Por el contrario el consumo de alimentos fuera de los hogares, en bares y restaurantes, cayó un 3,1%.
Entre las novedades destaca el hecho de que por primera vez desde que empezó la crisis los consumidores se inclinan más por la calidad que por el precio, según explicó ayer el ministro de Agricultura, Miguel Arias Cañete.
Vuelta a los básicos
En cuanto a la composición de la cesta de la compra los hogares han vuelto a consumir productos básicos, como leche, frutas o verduras. Así, por ejemplo, la compra de frutas frescas subió un 15,2%, las hortalizas un 13,1% y la leche un 11,2%.
Sobre la distribución del gasto por productos destacan las carnes, que absorben el 22,1% del gasto total de alimentación de las familias, seguidas del pescado, con el 13,1%. Y en cuanto a los gastos en alimentación que más han subido han sido los del aceite, partida a la que los hogares han destinado un 19,1% más, por el aumento de los precios y por el hecho de que los ciudadanos se han inclinado más por los aceites de oliva virgen extra, de mayor calidad y precio. En el lado de las bajadas destacan los zumos y néctares, a lo que los hogares ha destinado un 2,4% menos de su presupuesto.
En relación a las bebidas, en 2013 cayó el consumo de vinos un 3,7%, sobre todo por el descenso de cavas, en un 9,3%, y de los vinos sin indicación de calidad, un 5,4%.
El análisis por tipo de hogares ha revelado que los que están formados por jubilados aumentaron un 2,5% el consumo de alimentos en 2013 fruto, sobre todo, de que han ayudado a capear la crisis económica a sus hijos y nietos ayudándoles en ocasiones con la cesta de la compra, según explicó Arias Cañete. Las parejas con hijos pequeños solo aumentaron su consumo un 0,2% y los que tienen hijos con edad mediana un 0,4%. Y en el extremo opuesto, los jóvenes que viven fuera del hogar familiar disminuyeron su gasto en alimentación un 6,3%.
Por canales de venta los supermercados y autoservicios continuaron en 2013 llevándose el 43,2% de las compras, seguidos por el comercio especializado, con un 18%. En el caso de la alimentación fresca la cuota de los supermercados baja hasta el 31,6% en favor del comercio especializado, que sube hasta el 38%.
En relación con la calidad de los productos, según una encuesta realizada por el Ministerio de Agricultura, el 64,1% considera que el principal motivo para hacer una compra de alimentos es la calidad, frente al 55,3% que cree que lo más importante son los precios y el 47,8% que valora sobre todo lo demás la proximidad y la cercanía.
Otro de los detalles que sorprende de la encuesta, según el ministro, es que el 10,4% de los consumidores encuestados compró alimentos y bebidas por internet el año pasado. El porcentaje sigue sin ser muy importante en términos relativos pero la tendencia es significativa ya que en 2004 eran solo un 2,7%. Otro de los cambios que se han producido es que ha aumentado el número de personas que compran a menudo productos de la conocida como «marca blanca», del 25,9% en 2012 al 31,6% el año pasado. Por comunidades, el gasto per cápita más alto en alimentación se produjo en País Vasco, con 1.967,9 millones, y en Cantabria, con 1.811,1 euros.
ABC 28/03/2014 vía AECOC (ver noticia)